El invierno puede ser muy largo, y buscamos con muchas ganas las primeras chispas de energía de la primavera. Los árboles y arbustos empiezan a echar sus brotes y hojas, salen los narcisos y los lirios, se oyen más pájaros, se despiertan los montes y la huerta y se alargan cada vez más los días. Estar en la naturaleza en la primavera nos sube la vibra, y conectamos con su energía de renovación. Necesitamos todas las fases del ciclo de vida, y en particular en la primavera aprovechamos y agradecemos la creatividad, el movimiento,
la esperanza y el crecimiento que nos ofrece.